El sistema de la Seguridad Social, por lo general, no cubre las operaciones quirúrgicas de estética, aunque con algunas salvedades. Sí cubre algunos casos extremos que afecten o puedan afectar a la salud de una persona y le impida tener una vida plena.
¿Qué tratamientos de cirugía estética cubre la seguridad social?
La Seguridad Social estudia previamente cada caso para dar luz verde a este tipo de cirugías. En primer lugar, se tienen en cuenta algunos requisitos muy precisos. Se aceptan casos de personas afectadas psicológicamente por un complejo o con problemas físicos que supongan un problema para su salud actual o futura. Por supuesto, también se realizan cirugías reconstructivas por deformidades en el cuerpo a causa de un accidente o de nacimiento.
Entre las cirugías estéticas que realiza la seguridad social destacan: la cirugía abdominal para evitar el sobrepeso; la cirugía mamaria para la reconstrucción a causa de cáncer o para corregir la asimetría entre los pechos; la otoplastia, una cirugía en zona de las orejas que solo se realiza en caso de una deformidad y si causa un trauma para el paciente. También cubre la rinoplastia, una operación en la nariz, por problemas respiratorios o malformación; la blefaroplastia, para solucionar un problema de visión; y la cirugía facial, en caso de malformación en cara y/o cuello.