Los labios son la primera expresión del atractivo y la sensibilidad humana. Un tratamiento cosmético no quirúrgico para dar mayor definición y/o mayor volumen a nuestros labios es, sin duda, un tratamiento corrector con inyecciones de ácido hialurónico.
Todo sobre el aumento de labios
Por tanto, el ácido hialurónico es una sustancia absorbible y biocompatible porque se encuentra en el tejido conjuntivo del cuerpo. El tratamiento de medicina estética permite tener labios naturales, adaptados a la estructura facial. Los tratamientos útiles para el aumento de labios o rellenos son para:
- Labios delgados con volumen reducido.
- Labios no están bien definidos.
- Labios que pierden volumen o humedad con el tiempo.
Por tanto, la cirugía de aumento de labios consiste en la infiltración de ácido hialurónico en el interior de los labios (bermellón) o a lo largo de la periferia de la boca mediante una aguja muy fina, que permite simular la forma y el volumen de los labios.
Los rellenos de labios es un tratamiento que puede ayudar a curar, remodelar e hidratar los labios. El aumento de labios puede realizarse mediante una variedad de procedimientos médicos, incluido el uso de rellenos de ácido hialurónico inyectables.
¿Cómo se realiza el relleno de labios?
El tratamiento es totalmente individual, empezando por un examen de la forma de la cara, teniendo en cuenta la anatomía de la persona. El primer paso suele ser perfilar los labios superior e inferior para delimitar y hacerse una idea inicial del resultado final. En la práctica, se administra un anestésico indoloro para mantener la calma del paciente durante el procedimiento.
El siguiente paso es recubrir los labios con ácido hialurónico específico (sustancia que también produce la dermis). Después, se le entrega al paciente un bálsamo labial con acción antioxidante e hidratante, que deberá usar los siguientes 15 días.
El tratamiento de belleza es para todos aquellos que deseen labios voluptuosos, definidos y naturales. Los resultados son inmediatos y la duración del tratamiento es variable, oscilando entre 6 y 12 meses, en función principalmente del estilo de vida y los hábitos de la persona que se trata, como fumar o no.