La flacidez corporal no es algo que aparece de la noche a la mañana, por lo que los primeros síntomas que se suelen notar es un mayor movimiento o vibración de los músculos o la piel al tocarla y más tejido sobrante en algunas zonas como la papada o la cara interna de los brazos.
Síntomas y causas de la flacidez corporal
Para muchos la flacidez corporal supone un complejo que les puede hacer llevar siempre ropa que les cubran y así evitar mostrar las partes afectadas. A pesar de todo, existe una buena noticia y es que el descolgamiento y la pérdida de firmeza se pueden tratar con buenos resultados, aunque la mejor opción es actuar cuanto antes para prevenir su aparición.
La flacidez corporal se debe a la pérdida de unas fibras necesarias para que la piel y el tejido muscular se mantengan tensos y firmes, hablamos del colágeno y la elastina. Ambas se van perdiendo poco a poco con el paso de los años, porque esto forma parte del proceso natural de envejecimiento, sin embargo, se puede ralentizar llevando una vida saludable y prestando atención a algunos hábitos cotidianos del día a día.
El embarazo y la lactancia pueden provocar flacidez en algunas zonas como el abdomen y el pecho debido a los cambios que experimentan. Aunque el paso del tiempo es inevitable, y la genética heredada también, existen algunos otros factores de riesgo que se pueden evitar y que harán que se tenga un mejor aspecto.
- Cambios bruscos de peso: Al bajar de peso en poco tiempo, se reduce el volumen corporal, haciendo que sobre piel, quedando flácida y los músculos menos firmes.
- Problemas hormonales: Las mujeres en etapa de menopausia tienden a una bajada de estas dos proteínas que fomentan la flacidez corporal.
- Fotoenvejecimiento: Si se abusa de la exposición solar sin protección, la piel pierde su hidratación y con ella su consistencia, además de tener más riesgo de desarrollar enfermedades graves como cáncer de piel.
- Consumo de tabaco y alcohol: Estas sustancias impiden a la piel que se oxigene lo suficiente, por lo que se deshidrata, perdiendo toda su firmeza y presentando un aspecto apagado, además de descolgado.
- Mala alimentación: Somos lo que comemos y llevar una dieta pobre en proteínas vegetales y animales, y rica en grasas e hidratos de carbono puede pasarle factura a tu salud y también al aspecto de tu piel.
- Sedentarismo: No hacer ejercicio puede hacer que la gravedad afecte más a tus músculos y a tu piel, haciendo que se vean con poca firmeza.