La dismorfofobia es un trastorno clínico que hace que la persona que lo padece crea que tiene un defecto físico grave. Este trastorno puede afectar a su vida cotidiana. Entre los defectos percibidos más comunes se encuentran piel, boca, nariz, pelo o mamas. El balance y la retroalimentación entre el verse bien y el sentirse bien pierde todo equilibrio en la dismorfofobia, quedando el bienestar psíquico completamente dependiente del cuerpo.
¿Qué sabes sobre la dismorfofobia?
Las principales causas son la baja autoestima y la presión social. El entorno es un factor de riesgo pues una persona que sufre acoso tiene más posibilidades de sufrir este trastorno. Este trastorno puede desembocar en otro tipo de trastornos como la anorexia y la bulimia. Una vez diagnosticado los tratamientos más comunes son:
- Modificación de las verbalizaciones negativas sobre el propio cuerpo.
- Cambio de los supuestos irracionales sobre la apariencia física.
- Desaparición o reducción de las conductas rituales de evitación.
Lo más importante es la prevención, para ello hay que trabajar en el seno de la familia para restar importancia a las autopercepciones negativas sobre el propio cuerpo. Es necesario controlar las críticas negativas hacia el sujeto o la dinámica de las comparaciones entre hermanos o amigos.