En los últimos años, las alternativas para combatir la falta de colágeno y el desplazamiento de grasa en determinadas zonas del cuerpo han experimentado una clara evolución. Según un estudio realizado por la Sociedad Española de medicina Estética, el 92% de los pacientes que se ponen en manos de profesionales de clínicas estéticas, lo hacen para prevenir o tratar el envejecimiento facial. De ahí, la importancia de los rellenos dérmicos que han ido a apareciendo en el mercado.
Rellenos dérmicos y sus aplicaciones
Por un lado, nos encontramos con el tratamiento más demandado: el ácido hialurónico. Se trata de una molécula que genera de forma natural el cuerpo, está en las articulaciones y la piel, y su capacidad para retener agua da un efecto de volumen y relleno hidratante natural. Podemos encontrar ácido hialurónico encargado de dar volumen o cuya función es hidratar. La mayoría de los pacientes buscan la opción de hidratar en lugar de dar volumen. Se puede aplicar en crema y serum o se puede inyectar.
Por otro lado, encontramos otro relleno muy potente y demandado: la hidroxiapatita cálcica. Es un inductor de colágeno que se encarga de dar volumen y tensar la piel gracias al colágeno que provoca.
En ambos casos estamos hablando de sustancias biodegradables y seguras, con pocos afectos indeseables y son reversibles. No son tratamientos con efecto muy llamativo, tampoco son eternos, su efecto es temporal y puede variar según el tratamiento elegido y la persona que se lo aplica.