La acumulación del vello en zonas que no son habituales, es lo que conocemos hoy en días por hirsutismo y es un problema estético que afecta a muchas mujeres y que también puede implicar ansiedad y rechazo social.
¿Cuál es la repercusión social del hirsutismo?
Como pasa en muchos trastornos con implicaciones estéticas, la afectación psicológica que sufre el paciente que padece esta afección, puede llegar a ser el peor de los problemas que se le plantean a la hora de convivir con esta enfermedad que afecta a un 10% de las mujeres y que supone un obstáculo entre la persona y su entorno.
Estamos acostumbrados a la falta de vello en algunas zonas de la mujer, por lo que este trastorno choca muchas veces con lo que se considera normal, lo que causa graves problemas psicológicos en las afectadas.
Las mujeres que lo padecen, tienden a esconder su cuerpo, rehuyen mantener relaciones sexuales y de pareja, o se recluyen, para evitar despertar cualquier tipo de manifestación de rechazo hacia su aspecto.
Son muy comunes los trastornos del estado de ánimo, incluyendo ansiedad y depresión, debido a que esta patología influye muy negativamente en la autoestima de la paciente, que se siente extraña ante la naturaleza de su vello.
Normalmente, el tratamiento suele ser efectivo en mayor o menor medida. El problema es, que como los resultados no comienzan a notarse hasta los 9 o 12 meses, muchas abandonan la medicación antes de terminarla. Este dato evidencia la necesidad de explicar concienzudamente las características del tratamiento y los resultados que cabe esperar de él.
Siempre que sea posible y la paciente lo precise, se debe aportar asistencia psicológica, para que un profesional apoye y acompañe en el proceso del tratamiento a la afectada y le ayude a superar los problemas de autoestima y depresión derivados de este trastorno.
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