La dismorfia corporal y la obsesión por los filtros de belleza

La dismorfia corporal es una obsesión con los defectos percibidos en la propia apariencia que probablemente parecen insignificantes o no observables para los demás. Las redes sociales ha provocado cambios indiscutibles en el paradigma mediático y en el marketing de marca y producto.

La dismorfia corporal y la obsesión por los filtros de belleza

Esta revolución es incentivada en gran parte por la figura del prescriptor o influencer, personas con la capacidad de posicionar un mensaje en la mente de un público amplio, mover a la compra de un determinado producto e incluso influir de manera inconsciente en los valores, ideales y percepciones de sus seguidores a través de actitudes informales y personales.

Su trabajo es una de las técnicas de marketing más demandadas y socialmente aceptadas para generar confianza, a pesar de que su esencia se basa en una falsa relación de amistad con los usuarios.

Su legitimidad se pone en duda cuando entran en juego los filtros de redes sociales como Instagram o Snapchat, permitiendo mejorar o cambiar la propia imagen del sujeto y, por lo tanto, con la capacidad de transformar las cualidades y propiedades del producto. Piles impecables y sin rastro de imperfecciones has sido el detonante para que ASA, organismo de autocontrol publicitario del Reino Unido, haya dado la señal de alarma ante el abuso de los llamados filtros beauty por parte de numerosos influencers a la hora de promocionar cosméticos.

Filtros de belleza que engañan la realidad

Su uso no solo funciona como publicidad engañosa en esta línea de productos, sino que abren la puerta de la dismorfia corporal en un público fundamentalmente joven y femenino. Nos encontramos en una época en la que escogemos qué mostrar de nuestra propia realidad a través de las redes y los defectos no tienen cabida en los perfiles personales.

Comenzando por esconderlos y acabando en la obsesión, la dismorfia corporal se caracteriza por ser un trastorno de salud mental en el que no se puede dejar de pensar en uno o más defectos, reales o no, y que normalmente pasan desapercibidos por los demás.

Hay estudios recientes que establecen que los filtros incentivan estos desajustes y otros relacionados, como los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), sean cada vez mayores en una sociedad dominada por los ideales de perfección y belleza distorsionada por patrones estéticos trastocados por la cirugía plástica.

Las diferentes redes ponen a disposición de los usuarios un sinfín de posibilidades con las que conseguir una fisionomía retocada, con facciones aniñadas y delicadas, siempre acordes a los cánones dominantes. Su uso en selfies y stories para depurar las supuestas imperfecciones del rostro lleva incluso a la manía de los usuarios hasta el punto de recurrir al bisturí para conseguir parecerse lo máximo posible a la mejor versión de su propio autorretrato.

Cirugía en tiempos de selfie

Investigaciones publicadas demuestran un aumento significativo en la prevalencia de los procedimientos de cirugía estética facial en la última década, propulsada por la baja autoestima. Cada vez son más los pacientes que llegan a las clínicas con sus propias fotos alteradas con estos filtros, en contraste con las tendencias pasadas en las que los pacientes presentaban fotos de celebridades o descripciones genéricas del cambio deseado.

En la misma línea, otros estudios señalan, por un lado, que 1 de cada 10 pacientes recurre a consulta estimulado por sus propias imágenes modificadas a través de alguna red social y el consiguiente aplauso de sus seguidores; y, por otro, que las peticiones son cada vez más imposibles, lo que deriva en la insatisfacción de los pacientes y en muchos casos, en depresión e incluso estrés postraumático.

A pesar de estos datos, la dismorfia corporal no es solo fruto de una sociedad digitalizada. El uso y consecuencias de los diferentes filtros es una cuestión que va más allá de la responsabilidad individual y que también puede depender de las predisposiciones genéticas de cada persona.

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