Los hilos tensores representan una solución eficaz para combatir los signos del envejecimiento cutáneo. Estos hilos, que cuentan con diferentes anclajes, se utilizan para tensar la piel, ofreciendo resultados notables. La selección de los hilos tensores y sus indicaciones se personalizan con la experiencia de un profesional en Medicina Estética.
El procedimiento en sí generalmente toma alrededor de 45 minutos y se realiza mediante la inserción de hilos tensores utilizando una cánula a través de una pequeña incisión en la grasa subcutánea, justo por encima del músculo y bajo la piel.
Los efectos de los hilos tensores son duraderos, extendiéndose en promedio de año y medio a dos años, dependiendo del ritmo de envejecimiento y las condiciones de la piel.
Candidatos ideales para hilos tensores
Los candidatos ideales para el tratamiento con hilos tensores incluyen:
- Personas que buscan remodelar la forma de su rostro.
- Individuos con un espesor facial adecuado que desean redefinir sus rasgos, ya que algunos hilos tienen propiedades lipolíticas.
- Aquellos que superan los 50 años, ya que generalmente requieren procedimientos tensores.
- Personas con caras delgadas que presentan flacidez, que no se corrige con estimuladores de colágeno o rellenos.
- Aquellos con flacidez en los brazos, abdomen o entrepiernas.
- Cualquier persona, además de los estimuladores, que necesite hilos tensores para mejorar la apariencia de su cuello.
- Individuos jóvenes con sobrepeso en sus rostros que deseen lograr una apariencia más esbelta.
En resumen, prácticamente cualquier persona puede ser candidata para los diversos tipos de hilos tensores disponibles en el mercado, siempre que se realice una evaluación adecuada.
Riesgos y efectos secundarios
Los riesgos y efectos secundarios asociados con los hilos tensores pueden incluir:
- Posible visibilidad de los hilos.
- Detección del punto de entrada de la aguja.
- Infecciones (aunque raramente).
- Enganches de espinas a la piel.
- Mala colocación de los hilos, ya sea muy superficial o demasiado profunda.
- Posible formación de granulomas en los nudos.
- Visibilidad o sensación del nudo final.
- Movimiento inadecuado de los hilos (la elección de hilos de alta calidad es esencial).
- Hematomas o moratones.
- Falta de resultados, a menudo debido a la calidad de la piel o las condiciones del terreno.
- Selección inadecuada de los hilos.
- Ruptura del tejido debido a la inserción del hilo (muy poco común).
- Dolor (más común).
- Posibilidad de rechazo del hilo (aunque poco frecuente).
- Expectativas no cumplidas, lo que es común y destaca la importancia de una comunicación clara sobre las limitaciones del tratamiento y la posibilidad de tratamientos adicionales o más hilos según sea necesario.
Recomendaciones y precauciones para optimizar los resultados con hilos tensores
Antes del tratamiento, es esencial que la piel esté en las condiciones adecuadas. En algunos casos, se pueden recomendar tratamientos previos para preparar la piel antes del procedimiento.
Después de la aplicación de hilos tensores, se deben seguir algunas pautas, que incluyen:
- Evitar mascar chicle durante al menos 21 días.
- No acudir al dentista en 21 días.
- Dormir boca arriba durante la primera semana y asistir a las citas de seguimiento programadas a la semana y al mes.
- Si se presentan problemas o complicaciones, ponerse en contacto con el centro médico o el profesional de la salud que realizó el procedimiento.