Hace mucho tiempo, el lifting era solo de piel. Se trataba de despegar la piel con incisiones muy grandes que comienzan en la región temporal, bajan por la parte delantera de la oreja y por la nuca. Se retiraban todas las pieles y se traccionaba. Sin embargo, al utilizar esta técnica de lifting pueden salir grandes hematomas, además, a medida que se estira la piel, desaparecen las patillas superiores y posteriores y aparece un escalón notorio en el cuero cabelludo.
Evolución del lifting facial en los últimos años
Después se procedió a hacer incisiones en la línea del cabello. El problema de esta técnica es que el cuero cabelludo es mucho más grueso que la piel del rostro, por lo que las cicatrices que quedan son muy visibles. En concreto, una cicatriz rota en la parte posterior del cuello, que para ocultarla con el cabello, se realizaba en forma de zigzag.
Con estos estiramientos faciales también desaparecían las patillas, dejando una cicatriz muy grande. Producía la caída del cabello, la piel se estiraba tanto que era antiestética y, a la larga, la oreja todavía se inclinaba hacia delante debido a este tirón de la piel. Además, todas las estructuras perdidas como el platisma, el masetero o los músculos faciales, después de 2-3 años, debido a la piel floja, vuelven como antes, pero las cicatrices ya no están y desaparecen.
Para aliviar todo esto, también se levanta la piel, dejando una cicatriz extensa, disecando el SMAS (sistema de aflojamiento muscular superficial). De esta forma, un centímetro por debajo del arco cigomático, se desprende el SMAS de toda la mejilla, tirando de él y haciendo lo mismo con la piel, a posteriori.
Sin embargo, con esta técnica las cicatrices son igual de grandes, desaparecen las patillas y aparece un escalón en la nuca, la ventaja es que los tejidos blandos son tirados por el SMAS, por lo tanto, es un lifting facial de mayor duración. El platisma mantiene la tracción, al igual que el masetero. El problema de esta técnica es que el SMAS es un tejido avascular, lo que resulta en un lifting artificial y muy rígido.
Lifting mínimamente invasivo, la solución actual
El tercer grupo es la cirugía plástica mínimamente invasiva. En este tipo de lifting hay lazadas en mejillas y cuello (técnica de Tonnard), pero el inconveniente es que las lazadas tienen tracción, se aflojan y dejan de apretar. La mejor técnica consiste en realizar un colgajo en forma de U invertida sobre la parótida de forma que, al estar el nervio facial cubierto por la glándula parótida, no haya riesgo de lesionarlo. Cuando se realiza SMAS, existe un riesgo significativo de lesión del nervio facial, como se describió anteriormente.
Por otro lado, si se realiza un colgajo en forma de U invertida del SMAS por encima de la glándula parótida, no hay riesgo de lesión del nervio facial. Emerge del agujero mastoideo y pasa por debajo de la glándula parótida, ramificándose hacia la frente y orbicularis e inóculos, así como los músculos orbicularis y platisma.
Realice una técnica de U invertida en este SMAS, haciendo una incisión y despegando solo la piel sobre la glándula parótida. Esta U invertida se gira y se sutura detrás de la oreja, sobre la mastoides, tirando del platisma. También se hace una pequeña incisión de 2 cm que no es visible, ya que esta justo en el borde del pliegue de la barbilla. Luego se sutura la banda platysma en el medio y se tira hacia afuera para hacer una hamaca, con el cuello perfectamente en ángulo recto, manteniendo la glándula submandibular a veces ligeramente caída.
Posteriormente se sutura la zona anterior al colgajo tirando del SMAS y corrigiendo el surco nasolabial y mandibular. Un último lifting elimina el exceso de piel pero no llega a las sienes ni al cuero cabelludo del cuello, dejando una cicatriz imperceptible ya que coincide con la incisión entre la oreja y el rostro. Con esta técnica, una vez separada la parte central del rostro, se puede inyectar grasa mediante lipofilling, mejorando así la calidad de la piel y reconstruyendo el óvalo del rostro y rellenando los surcos nasolabiales.
La cirugía plástica mínimamente invasiva estira el SMAS a nivel de la glándula parótida, sutura el platisma central submentoniano y el colgajo en forma de U invertida, y logra una buena remodelación del cuello de forma permanente. Además, si enriquecemos el rostro con células madre extraídas del tejido graso, conseguiremos un rejuvenecimiento total del rostro que dura entre 10 y 15 años.