La otoplasia permite mejorar con cirugía la expresión facial como es el caso de las orejas separadas o de soplillo. Estas deformidades del pabellón auricular son una de las causas más frecuentes en las que se consulta a los expertos de cirugía plástica en adultos, pero también en niños durante la edad escolar donde a menudo son causa de complejos e inseguridades que justifican ya a esta edad su tratamiento.
¿En qué consiste la otoplastia?
Aunque hay otras técnicas, la otoplastia se lleva a cabo mediante una incisión en la cara posterior de la oreja, a través de la cual se procede a la remodelación adecuada del cartílago auricular para dar la nueva forma a la oreja. Se trata de una cirugía muy resolutiva que consigue mejorar significativamente la estética facial. La posibilidad de realizarla de forma ambulatoria y bajo anestesia local en adultos, son grandes ventajas de este tratamiento.
Esta cirugía se puede realizar cuando el paciente tiene unas deformidades en el pabellón auricular, es decir, tiene las orejas despegadas o en soplillo. Es una causa frecuente de mofa y de burla en niños, por lo que las consultas al respecto en menores de edad son bastante frecuentes.
También existen otras indicaciones para realizar la cirugía de la oreja:
- Lóbulos rasgados.
- Existen defectos de tipo congénito en el pabellón auricular.
- El paciente sufre secuelas como consecuencia de un traumatismo.
La cirugía de la oreja es una intervención sencilla, que puede realizarse de forma ambulatoria, bajo anestesia local o general. Tiene una duración que oscila entre una y dos horas, y puede realizarse ambulatoriamente con anestesia local, o puede ser necesario un ingreso hospitalario de un día en el caso de que se haya apostado por la anestesia general.
Su postoperatorio es sencillo, y el paciente únicamente llevará una venda. Los puntos se retiran entre una semana y diez días después de realizar la cirugía.