Consejos para prevenir las varices

La prevención de las varices es importante cuando se tienen antecedentes familiares de este trastorno o existen factores de riesgo que pueden hacer sospechar su posible aparición.

Consejos para prevenir las varices

En primer lugar,  se debe evitar el sobrepeso, ya que favorece su aparición. También hay que controlar el estreñimiento, una dieta rica en verduras, frutas, legumbres y cereales, mejor si son integrales, favorece el movimiento intestinal, y la fibra que contienen estos alimentos capta agua y hace las heces más blandas y voluminosas, con lo que facilita el tránsito intestinal.

Es necesario realizar ejercicio físico de forma regular. La movilización de los músculos de las piernas ayuda a impulsar la sangre hacia el corazón, evitando que se acumule y pueda dilatar las venas. También es un buen ejercicio subir y bajar escaleras en lugar de utilizar el ascensor. La práctica del ciclismo y la natación son igualmente buenos ejercicios para las piernas.

Se debe evitar el calzado plano o con tacones altos, al igual que el que sea muy ajustado, pues dificultan el retorno venoso y restan eficacia a la musculatura de las piernas. Se recomienda utilizar calzado amplio y cómodo, con un tacón de entre 3 y 5 cm.

La ropa y la postura también son importantes. Se recomienda no utilizar ropa muy ajustada pues, al comprimir ciertas zonas, dificulta el retorno venoso e intentar no permanecer mucho tiempo de pie sin moverse, o estar sentado durante mucho tiempo con las piernas cruzadas.

Otro de los consejos que podemos darte, es que evites las temperaturas altas, especialmente cuando solo afectan a los miembros inferiores, como braseros o calefactores dirigidos a las piernas, pero también la exposición al sol, la sauna, o los baños muy calientes. También es desaconsejable la exposición a frío intenso pues aunque de primeras hace que las venas se contraigan y puede aliviar algunos síntomas, posteriormente da lugar a una dilatación venosa que agrava el proceso.

Recomendamos también los masajes diarios, tumbados y con las piernas levantadas, desde el tobillo hasta el muslo y desaconsejamos rascarse, aunque piquen mucho, sobre todo, cuando la piel está debilitada, pues puede romperse una variz o producirse alguna herida, que se infectan con facilidad y suelen ser difíciles de curar.

Por último, es recomendable, sobre todo cuando la piel está debilitada, la limpieza diaria con agua y jabón de las zonas afectadas, para evitar el riesgo de infecciones.

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