La rinoplastia se ha convertido en una de las cirugías plásticas más demandadas en la actualidad. A ella se someten personas que han sufrido un traumatismo, tienen dificultades para respirar o buscan una mejora estética del perfil de la cara.
Consejos a la hora de someterse a una rinoplastia
Si vas a someterte a esta cirugía hay tres factores que debes tener muy en cuenta antes de la intervención: No puedes fumar al menos 15 días antes de la operación, debes evitar las comidas copiosas y beber alcohol el día de antes y no debes tomar medicamentos con efecto anticoagulante al menos durante un par de semanas previas a la operación.
También es recomendable haber cumplido la mayoría de edad, como en todas las intervenciones estéticas, y al margen de su edad, el candidato/a a esta intervención debe ser emocionalmente estable. Tener muy clara su decisión, que esta sea propia y no tomada bajo la presión de terceros. Y por último, la salud general debe ser óptima para evitar posibles problemas durante la intervención o el posoperatorio.
El postoperatorio es bastante llevadero. Tras una rinoplastia, los primeros días el aspecto de la cara lógicamente no es el que se obtiene pasado un mes: la nariz y el rostro se ven hinchados. Esto se explica previamente al paciente para que no le choque cuando se vea tras la intervención.
Por otro lado, hay que tomar los analgésicos que le recomendará el cirujano, así como descongestionantes. También es adecuado aplicar compresas frías sobre la piel. Hay que evitar tareas que impliquen esfuerzo físico durante unos días, hay que intentar no sonarse la nariz ni tomar el sol, así como esquivar el frío lo máximo posible.
Finalmente, es aconsejable dormir boca arriba o de lado, y no poner la nariz directamente sobre la almohada.
Follow