Cuando tenemos una herida, ya sea por un traumatismo o por un cirugía se ponen en marcha unos mecanismos en nuestro organismo que tiene como fin el cierre de la misma. En esta entrada vamos a explicar y resumir dicho proceso.
¿Como cicatriza una herida?
Existen tres fases hasta el cierre total de una herida: la fase hemostática o inflamación, la fase proliferativa y la fase de maduración que explicamos a continuación.
Fase hemostática o inflamación
Al seccionar los tejidos hay un sangrado, las células sanguíneas de la zona comienzan a formar un coágulo que impide que haya un sangrado mayor, junto con una proteína denominada «fibrina» se forma una malla que atrapa los elementos del plasma impidiendo la extravasación.
Los vasos sanguíneos se dilatan para atraer nutrientes y oxígeno que ayuden al proceso de ciactrización. Acuden también las células que evitan la infección y supervisan todo el proceso. Ayudan en la reparación, como los «macrófagos» y los «fibroblastos».
Fase proliferativa
Los macrófagos producen factores de crecimiento y citoquinas que ayudan a la formación de nuevos vasos y sirven de señal para atraer a las células que se requieren en esta nueva fase.
Los fibroblastos forman una matriz sobre la que se desarrollará el nuevo tejido de reparación. Son células especializadas en formar colágeno y ácido hialurónico. Esto, junto con los nuevos vasos forman el tejido de granulación.
Fase de maduración
Se comienza a formar la matriz más estable, se contrae la herida y se comienza a reepitelizar. Hay una maduración del tejido conectivo que le da mayor estabilidad. La textura de la piel, el color y grosor cambian. Esta fase puede durar hasta un año.
El tejido cicatricial resultante es poco vascularizado, no tiene pelo, ni glándulas sudoriparas o sebáceas.
Además, este proceso puede verse alterado en cualquiera de sus pasos por diversos factores, a nivel local o generales (edad, aporte de sangre y oxígeno a la zona, estado nutricional, tabaco, enfermedades asociadas, etc).