El aumento de glúteos es una de las cirugías plásticas que más popularidad ha ganado este último año. En 2018 ya se registraron más de 330.000 intervenciones para aumentar el volumen del trasero, un 35.8% más que en 2014 y durante el 2019 ha seguido aumentando más.
¿Cómo se realiza el aumento de glúteos?
Para realizar esta intervención existen dos técnicas, el aumento con grasa propia (lipofilling o lipotrasferencia) y aumento con prótesis. El primero, está recomendado para quienes buscan un resultado natural y discreto.
El paciente debe tener cierta cantidad de grasa en flancos o abdomen, que se pueda extraer y reinyectar en las dos nalgas mediante la técnica de lipoestructura. Una vez la grasa se prende al músculo, los resultados son permanentes.
Para un resultado más notorio, la mejor opción es el aumento con prótesis más lipofilling. Se puede realizar tanto si tienes mucho como poca grasa en abdomen o flancos, pues solo se necesita una pequeña cantidad para almohadillar los bordes de las prótesis.
La prótesis se coloca dentro del músculo, con una incisión en el pliegue interglúteo. La grasa propia se transfiere para suavizar la transición entre la espalda y el glúteo y la zona lateral superior. Puedes optar por prótesis redondas o anatómicas, dependiendo del resultado que busques.
Los resultados son estables al cabo de dos meses. Cuando la herida cicatrice podrás realizar todo tipo de deportes, excepto los que tienen un impacto continuado como la hípica. Las prótesis son más duras y duraderas que las de pecho, por lo que es raro que haya que cambiarlas. Eso sí, es importante que acudas a las revisiones.