Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el otoño es el mejor momento para las intervenciones quirúrgicas, ya que cambiamos los días de sol y playa por los días de lluvia y manta. La alimentación es uno de los aspectos que más tenemos que tener en cuenta cuando pensamos en someternos a una intervención.
Los días previos a una cirugía hay que tener una alimentación sana y equilibrada, intentando evitar el tabaco, sobre todo los 10 días antes y el alcohol, suprimiéndolo 24 horas antes a la cirugía. Esto se debe a que ambos dificultan la circulación sanguínea pudiendo causar problemas antes, durante y después de la operación.
Alimentación previa a una cirugía
- Frutas y verduras: Al ser ligeras nos ayudan a mantener nuestro peso tras la operación que suele exigir reposo. Son ricas en vitamina C que favorece la formación del colágeno, aumenta la energía y favorece la cicatrización.
- Hidratos de carbono: La pasta o el arroz integral mejoran el tránsito intestinal. Además, ayuda a hacer una buena digestión, mejora el estado de ánimo y activa la serotonina.
- Proteínas: Pollo, pavo, carne roja, pescado, huevos y marisco son los mejores amigos de la musculatura. En estas intervenciones lo normal es estar en reposo algunas semanas.
- Grasas: Nunca grasas saturadas. Alimentos cómo el aguacate, aceite de oliva, pescado azul, las nueces y frutos secos, son saludables y necesarios.
El día antes de la intervención hay que eliminar el tabaco y el alcohol además, de el café que puede disparar la tensión arterial, los nervios y la ansiedad. Se deben tomar alimentos ligeros y de fácil digestión y no ingerir nada desde las 24 horas de la noche anterior.
Una vez realizada la cirugía la dieta debe basarse en frutas, verduras, hidratos de carbono complejos y proteínas. También se pueden incorporar suplementos nutricionales como vitaminas C y E. Hay que hidratarse bien con agua, zumos, tés e infusiones y tomar probióticos para favorecer la flora intestinal.